FUNDACIÓN DÉDALO

Lunes 10 de Agosto 2015

Si vamos a hablar de pequeños ordenadores seguro que a todos se nos pasa por la cabeza la palabra “Raspberry”. Estos miniordenadores han saltado al panorama de la informática con fuerza gracias en parte al elevado número de posibilidades que ofrecen, pero también por su asequible precio, que en los tiempos que corren suele ser un factor determinante a la hora de realizar cualquier compra.

Aquello que surgió como un proyecto para acercar a la gente al estudio de las ciencias de la computación se ha convertido a día de hoy en una de las grandes revoluciones de la informática. Si comparamos una Raspberry con un ordenador convencional, evidentemente hay una gran diferencia en muchos aspectos. Más allá de la apariencia (la diferencia de tamaño es considerable), lo notaremos también en rendimiento, ya que no son equiparables.

Así pues, nos encontramos con que una Raspberry es un pequeño ordenador, con una potencia limitada, que nos permite dar rienda suelta a nuestras ideas y utilizarlo para muchos de los propósitos que tengamos, ya sea como ordenador personal, como centro multimedia o como servidor de descargas.

En relación a aspectos más técnicos, Raspberry utiliza un sistema operativo basado en Linux, dándonos la posibilidad de elegir entre varias distribuciones, como por ejemplo “Raspbian”, que está basada en Debian y es la más recomendada para iniciarse en esto de Raspberry. Pero en los últimos tiempos, con el anuncio de la nueva “Raspberry Pi 2”, Microsoft ha confirmado que su nuevo y esperado sistema operativo Windows 10, ofrecerá una versión adaptada a esta plataforma.

Dicho todo esto, si nos gusta la informática y disponemos de suficiente tiempo libre, podemos comprar una Raspberry y ver qué se nos ocurre hacer con ella, ya que, la mayoría de veces, nuestro límite será nuestra propia imaginación.