FUNDACIÓN DÉDALO

El término ‘ciudadanía digital’ está en pleno proceso de evolución, siendo todavía difícil de definir. Lo que sí es cierto es que ha venido de la mano de las nuevas generaciones, que utilizan las tecnologías de forma natural, y que incluye a otras muchas personas que se han subido al carro de la Sociedad de la Información cuando ya estaba en marcha.

Hoy en día hemos cambiado en parte nuestra forma de relacionarnos y comunicarnos. Se han generado nuevos contextos de interacción entre personas que comparten y crean contenidos en la denominada web 2.0. Pero no olvidemos que en este contexto hay que aplicar los mismos valores de convivencia que hemos utilizado a lo largo de la historia. En cualquier caso quizá sí que debamos utilizar una serie de matices, en negrita y subrayados, a los términos respeto y empatía.

En este entorno digital se plantean además nuevos códigos para la protección de la persona, como por ejemplo el valor de la privacidad. Hasta hace poco era fácilmente conservable pero cada vez aparece más expuesto por la introducción galopante de las Redes Sociales.

Así pues, tenemos que empezar a pensar en que, si en el mundo real debemos acatar unas normas, en el mundo virtual también debemos ser ciudadanos cívicos digitales.